Eulalia: “Tengo la espinita de subir al equipo a primera RFEF”
La lanzaroteña Eulalia Lemes es sinónimo de trabajo y buen hacer en el campo. Es, además, una de las veteranas en el vestuario de la UD Tenerife El Rosario, y ya cuenta con una experiencia dilatada en las preparaciones veraniegas para la temporada. “Es la introducción a que nos vayamos conociendo bien”, adelanta, “ya que han habido bastantes cambios”, al tiempo que asegura que estos más de 15 días “son suficientes para acoplarnos”.
La que se iniciará en septiembre será una temporada llena de retos colectivos para el filial de las guerreritas, máxime tras tocar con la punta de los dedos el ascenso hasta la recta final de la competición en la 23-24, “Vamos a intentar mejorar de cara al año anterior”, afirma, no sin antes mostrarse cautelosa. “Lo haremos con los pies en el suelo y poquito a poco. Teniendo cada día una ambición nueva”. La conejera reconoce que, dada su ambición deportiva, observa este curso como una oportunidad para la redención del pasado. “Tengo la espinita del año pasado, de poder subir al equipo a primera RFEF y, personalmente, muchas ganas de transmitirle al míster la confianza de que estoy a tope”, señala.
Mientras, Lemes trabaja este verano alternando las sesiones de entrenamiento del filial con los del primer equipo, lo que le hace llenarse confianza para el futuro. “Estoy muy contenta, Eder me ha dado la posibilidad de subir y jugar, y tengo la ambición de querer seguir aprendiendo y formándome”. Eder Maestre, técnico del Costa Adeje Tenerife, contó con ella en el último partido de pretemporada, ante el Real Madrid en el Trofeo Teide. “Es súper importante que veas que el entrenador cuenta contigo, que te dé la oportunidad, que confíe en darte 45 minutos y te haga sentir cómoda”, subraya Eulalia, quien enfatiza que “ha sido así desde el minuto uno. En el partido se acercó y me dijo que confiara en mí, que estuviera tranquila, que lo hiciese como supiese. Me transmitió muchísima confianza”. De hecho, ella fue una de las jugadoras con la responsabilidad de lanzar un penalti en la definitiva tanda final, donde parece que esas palabras hicieron su efecto. “Tenia muchos nervios, pero una vez fui a tirarlo iba con la confianza de que iba a ir dentro”, aclara con aplomo y una sonrisa.